Extracto del editorial de Bruno Lasnier, coordinador nacional del MES (Mouvement de l’Economie Solidaire)

Noviembre, el Mes de la ESS! Un tiempo para promover una nueva forma de concebir la economía, al servicio de los seres humanos y del planeta para una mayor justicia social y un mundo sostenible! Lo necesitamos de verdad porque nunca antes el modelo de socialdemocracia y derechos universales había sido tan dañado. La llegada al poder de un candidato de extrema derecha en Brasil es una clara demostración de ello: cada día se está produciendo una alianza entre un neoliberalismo dispuesto a «comercializar» todo, profundizando aún más el desfase de desigualdad de derechos, riqueza y recursos, y un fundamentalismo basado en la identidad que adopta muchas formas religiosas, xenófobas o nacionalistas.

Si la Economía Solidaria tiene la ambición de convertirse en un espacio de resistencia contra esta amenaza democrática, social y ecológica, debe cambiar de escala, convertirse en una fuerza amplia y fuertemente apoyada por la sociedad civil. Esto va más allá de las actividades económicas de utilidad social y de interés general llevadas a cabo por las empresas y organizaciones de la ESS. Más que nunca, necesitamos cooperar abiertamente para fortalecer las convergencias efectivas entre nuestros movimientos, nuestras luchas y las nuevas formas de organización impulsadas por las generaciones más jóvenes. Necesitamos conectar mundos diferentes, conectar y poner en perspectiva nuestro proyecto común (convivialistas, ESS, movimientos de transición ecológica, movimientos sociales, sindicatos, colectivos precarios / emigrantes / cultura…).

Los días 19 y 20 de octubre de 2018, fueron un gran éxito en los locales de la Fundación para el Progreso de la Humanidad! Nuestras reuniones  «Cooperar para fortalecerse» reunieron a nuestras redes miembros y redes aliadas convencidas de que, más allá de la observación compartida de los múltiples escollos a los que se enfrentan las organizaciones militantes, los desafíos consisten en llevar a cabo un proyecto fuerte de transformación social, económica y ecológica. Para el Mouvement pour l’Economie Solidaire y sus socios, se trata de llevar una clara visión estratégica y política: ¡emprender y organizar el Buen Vivir en un territorio al servicio de una sociedad que queremos TRANSFORMAR! Por más justicia social, más ciudadanía económica y más compromiso con la transición ecológica! El «cómo» procedemos es tan importante como el «propósito» previsto!

Nuestros debates se centraron en los numerosos recursos y conocimientos que poseen nuestras redes y en compartirlos y ponerlos en común con el fin de lograr una convergencia ambiciosa que pese mucho en el día a día. La producción y distribución de servicios y productos debe organizarse de manera ética, ecológica y solidaria, respetando las necesidades fundamentales de las personas y los derechos humanos.

Cuando muchos ya no saben decir qué es la economía, como que se les escapa, es urgente explicarla y reapropiarse de ella (educación popular, empoderamiento), así como atreverse a hablar del dinero y de su circulación. Y esto implica obligarse a debatir, a aceptar la discordia para compartir un análisis, que puede ser común, así como implica el derecho a evaluar lo que es bueno para uno mismo y para los demás en el propio territorio y en el mundo. La evaluación de la utilidad social/impacto social se sitúa esencialmente en el corazón de la sociedad civil, las técnicas en el trabajo no pueden ignorar este obligado desvío metodológico hacia la ciudadanía y la democracia.

Durante este tiempo de trabajo, se reafirmaron varios puntos. Debemos ser embajadores de nuestras acciones y éxitos. Debemos reescribir nuestro compromiso en una historia y reforzar nuestro mensaje aclarando tanto a que nos oponemos como lo que queremos construir. Ser más claro, pero también más firme. Nos corresponde a nosotros plantear con fuerza la cuestión de la gobernanza de los municipios y promover métodos y organizaciones reglamentarias pertinentes ya probadas en los territorios (agua, tierra, servicios, acceso a tecnologías digitales etc.).

El desarrollo de una verdadera solidaridad dentro del ecosistema de la ESS también es un problema. Esto significa «decir la verdad» entre organizaciones pequeñas, medianas y grandes. Participar en un diálogo sincero y ético sobre las prácticas, los métodos de financiación, la limitada lucratividad, las cuestiones de tamaño de la empresa para poder construir nuevos modelos sólidos y resistentes.

Frente a la emergencia social y ambiental, la sociedad civil no se detiene. Una dinámica impulsada por la juventud, consciente y motivada para cambiar la situación, Alternatiba es un ejemplo de ello! Y para el Mouvement pour l’Economie Solidaire, es emocionante porque hay material para transmitir conocimientos y formas de hacer en un proceso de educación popular. Pero aún más, es una oportunidad para crear nuevos experimentos con una generación de jóvenes.

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