Nuestro boletín de abril estará enteramente dedicado a la crisis del Coronavirus. La idea no es ser redundante en lo que los medios de comunicación están informando: el número de personas infectadas, el número de muertes, el estado de las reservas de máscarillas y respiradores, etc. Toda esta información es sin duda útil, pero su efecto en la población es provocador de ansiedad. En este boletín hemos optado por recoger las iniciativas que están surgiendo en los países europeos y en el mundo para hacer frente de manera solidaria a las dificultades que se generan en la vida cotidiana. Algunas iniciativas provienen de las autoridades públicas, como la respuesta europea aquí. También estamos publicando textos de reflexión sobre el período post-epidémico que apuntan a renovar drásticamente el modelo económico que muchos de nosotrxs consideramos inadecuado para el advenimiento de una sociedad compatible con el bienestar de la humanidad.

Este período pone bajo la lupa la negligencia de un sistema que pone en peligro la vida de las personas más frágiles y coloca la carga de la crisis sobre los hombros del personal expuesto sin protección y sometido a una falta de medios y un ritmo de trabajo incompatible con la serenidad necesaria para tratar con los enfermos y las familias en duelo. Es un ejemplo flagrante de las desigualdades resultantes de la injusticia de las recompensas asignadas a quienes contribuyen al buen funcionamiento de una sociedad y del descuido de un sistema que considera inútiles a quienes no tienen acceso a los empleos, poniéndolos a ambos en peligro de muerte.

A pesar de las medidas de contención y gracias a ellas, la sociedad civil está mostrando su creatividad para compensar el desorden causado por la desregulación de las organizaciones económicas. Por consiguiente, en este número encontraremos una antología de iniciativas, vínculos y cooperación para salvar a los productores locales que ya no pueden vender sus productos en los canales conocidos, a las costureras que están transfiriendo su actividad a la producción de máscarillas y ropa protectora, a los comedores improvisados para ayudar a los que de otro modo morirían, a los alojamientos para los que están “confinados fuera”, etc. Por último, la sociedad civil que se había movilizado anteriormente para lograr las economías de transición se está organizando para prepararse para el período posterior al 19 de noviembre, de modo que no volvamos a la dirección mortal del “business as usual” de la economía rentista y a los absurdos de producir objetos inútiles que desperdician recursos y energía. Muchos se están uniendo para publicar sus demandas. Otros están organizando debates en línea para reunir imaginaciones y conocimientos. ¿Podemos esperar que esta desaceleración inesperada conduzca a una reflexión más profunda sobre las necesidades esenciales, entre las cuales la cooperación y la solidaridad están haciendo actualmente una demostración deslumbrante de sus méritos?

RIPESS está participando en estas aclaraciones, estas perspectivas para que el mañana no se parezca en nada a lo que ha prevalecido en las últimas décadas. Y si por el momento se cancela la fecha del Foro Social Mundial sobre Economías Transformadoras en junio, estamos pensando en cómo continuar las colaboraciones iniciadas durante el período de preparación y les informaremos del seguimiento que se les dará.

Mantengamos la solidaridad y la vigilancia.

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Por Josette Combes